La superstición se define como: “Una creencia o costumbre que resulta de la ignorancia, el miedo a lo irreconocible o la seguridad en la magia”.
Tal vez, las supersticiones nacen sencillamente de nuestros miedos que no tenemos la posibilidad de argumentar de forma sencilla. Si uno piensa que hay un pedazo en serio en cada superstición, o que todas son una perfeccionada tontería, es dependiente del sujeto. Yo, por mi parte, me quedo en algún lugar de la región gris que hay entre ambas.
1. Supersticion del Gato Negro
Se ha planeado a lo largo de un largo tiempo que tener un gato negro cruzándose en el sendero apunta el riesgo que se avecina. La crónica de este especial matiz de felino está llena de horribles ejemplos de mala suerte, la enorme mayoría de los cuales cayeron sobre el gato.
Los gatos negros, por medio de los tiempos, han simbolizado la naturaleza más oscura de la raza humana. Comúnmente se les veía como camaradas de brujas y practicantes de lo oculto, eran vilipendiados y sometidos a un exterminio masivo.
Afortunadamente, el gato negro tuvo sus campeones durante los años, lo que le permitió subsistir y florecer sin importar su desafortunada valoración. Todavía de esta forma, aún algunos se desvían de su sendero para no cruzarse con uno, para no ser arrastrados a la oscuridad por la atracción del enigmático felino. Las viejas supersticiones mueren duramente y los siglos de estar asociados a la desgracia no se olvidan de forma sencilla.
2. Supersticion del Pan y Mantequilla
Es una noción de precaución a la que mi madre sigue citando, siempre que salimos juntos. Según ella, dos personas que caminan juntas no tienen que ser separadas por ningún objeto en su sendero. Aceptar que determinada cosa ocurra próximamente va a llevar a que se separen de manera más persistente.
Por ejemplo, si una pareja camina de la mano en la calle y un poste de luz o un letrero está adelante; uno de ellos debe decir “pan y mantequilla” mientras se desbloquean las manos para dejar paso al obstáculo. Este ritual afirma que los dos, más allá de que se separen resumidamente, van a estar unidos como un dúo.
No es complicado comprender la lógica detrás de esto. El pan y la mantequilla son dos cosas que se piensan una pareja natural. Al decir “pan y mantequilla”, una pareja que forma parte al mismo grupo deja que alguna fuerza negativa que logre estar cerca sepa que su división es solo temporal. Esto se aplica no solo a los amantes, sino además a los padres y a sus hijos.
La exclamación de “pan y mantequilla” además puede ser utilizada en grupos, mientras que se logren dividir en un número par. Puede escucharse imbécil, pero proporciona consuelo a esos que quieren llevar a cabo entender al universo que nada los separará de sus conocidos cercanos.
3. Fuera de la vista
Otra superstición que he escuchado toda mi vida es que proporciona mala suerte ver a alguien irse hasta que está totalmente fuera de la visión. Llevarlo a cabo supone que se van de tu vida para toda la vida, para no volver jamás.
Mi madre, hasta este preciso día, irá a la ventana y saludará mientras nos vamos, pero después se retirará a su silla antes de que nos hayamos ido. Como esta bellota no cayó lejos del árbol supersticioso, mi acercamiento dando la espalda antes de que alguien que me importa esté fuera de mi línea de perspectiva. Mejor impedir que lamentar.
4. Supersticion en los Animales blancos
Encontrar un animal blanco, fundamentalmente uno que está fuera de lugar en sus alrededores, se considera un presagio de cosas malas que están por venir. Comúnmente, cuando un animal blanco hace aparición de la nada, nuestra familia se enlista para la catástrofe.
La primera oportunidad que recuerdo haber escuchado esta superstición en especial fue cuando observábamos una banda de mirlos que habían decidido prenderse en nuestro patio delantero. Recuerdo la oposición de mi madre cuando un destello de plumas blancas se realizó aparente súbitamente en la horda, por lo demás negra; su rostro se volvió tan pálido como el del pájaro fantasmagórico.
Incluso de pequeño, asumí que el pájaro blanco era un albino. Mi madre, además, se preparó en el instante para las malas novedades. Tal perspectiva era increíblemente extraña y el pájaro se encontraba precisamente fuera de lugar.
No se produjeron muertes horribles como producto de la aparición del pájaro, pero nuestra familia vivió un reducido percance en los días en el instante posteriores a su visita. Empezó cuando mi padre tomo la decisión de ir de caza únicamente una mañana, algo que extraña vez hacía. Solo comenzamos a estar preocupados cuando se puso el sol y nadie supo nada de él.
Más tarde en la noche, vino cojeando a la puerta. Terminó que, mientras se encontraba en lo profundo del bosque, se había caído y se había roto la pierna. Sin medios de salve, utilizó su arma como muleta mientras hacía el aparentemente interminable viaje de regreso a su camión. Le había llevado nueve horas hacer esta labor.
Por supuesto, el pájaro blanco que nació en nuestro patio y el incidente de mi padre en el bosque fueron pura coincidencia, pero jamás conseguirá que mi madre crea que el excepcional visitante no fue enviado por un poder superior para avisar de un riesgo inminente.
5. Ruidos inexplicables
Uno de los temores más sobresalientes que se nos inculcó fue el de los ruidos misteriosos. Un fuerte golpe que aparentaba emanar de todas partes y de ninguna fue el que más aprendimos a tener miedo.
No sé si esto es habitual en todos los hogares, pero ocasionalmente oíamos algo que sonaba como un elemento increíblemente pesado pegando un lado de nuestra casa.
Al inspeccionarlo, no se veía ningún inconveniente ni había nada que no perteneciera a la vivienda. Todavía de esta forma, todos oiríamos el golpe, aunque ninguno de nosotros podría decir de dónde nació.
De nuevo, mi madre tomó esto como un presagio. Podría estar en la prisión a lo largo de días, esperando lo peor. Según ella, algo malo solía ocurrir a los tres días de tal acontecimiento. Esta teoría fue transmitida de generación en generación.
Nunca se detalló totalmente, pero deduje que el golpe fuerte se consideraba como algo que intentaba abrirse paso desde el otro lado con una observación para andar con precaución o combatir las secuelas.
Estas perturbaciones eran extrañas, pero cuando ocurrían paralizaban nuestra casa. Comúnmente, pasaban tres días y el hecho se olvidaba. Ocasionalmente, se producía un episodio repugnante que ponía fin al asunto.
Una vez fue nuestro gato ejecutado por un coche el día luego de que oímos el golpe que cumplió la observación. Mi madre comentó que odiaba lo que le pasó a nuestra mascota, pero se alegró de que se acabara para lograr dejar de preocuparse.
No he escuchado el sonido que solía sacudir nuestra casa familiar hasta sus cimientos desde que me mudé por mi cuenta hace años. Quizás mi madre fue el catalizador, dado que había experimentado los fenómenos raros en numerosos sitios desde la niñez.
Si un sonido imprevisto que se ve salir de la nada es un anuncio del otro lado de que el riesgo es inminente o un hecho totalmente benigno es algo que se puede interpretar. En mi casa familiar fue lo primero, sin lugar a dudas alguna.
6. Supersticion al Pisar una tumba
Es una creencia muy arraigada que se debe tener precaución al conocer los terrenos sagrados de un cementerio. Para bastantes, poner los pies en la tumba de alguien que está en descanso eterno es un acto de falta de respeto que va a ser seguido de manera rápida por una racha de mala suerte.
Recuerdo que de pequeño mi madre me agarraba y me sacaba de la tumba de mi tío cuando caminaba por el montículo de tierra bajo el que yacía. Recibí un severo sermón, no solo de ella, sino además de mis tías. Aparentemente, sin quererlo, abrí a toda la familia a malhechores invisibles que habitan entre las lápidas. ¿Quién lo sabía?
Decir que la vivencia me marcó es una subestimación. Aunque no pasó nada horrible por haber pisado tierra sagrada, toda la prueba fue molesta para un pequeño impresionable.
Las tumbas son un punto de controversia para numerosas personas. En un reportaje con el presentador de un programa de entrevistas, Mike Douglas, en los 70s, el actor George Raft ilustró lo intensamente que perjudica a varias personas inclusive con la mera mención de la palabra.
Raft fue popular por sus retratos de gángsters y otros tipos duros en películas de los años 30 y 40. A lo largo de su entrevista con Douglas, el entrevistador le hizo la pregunta al fornido actor si algo le asustaba. Raft respondió que poseía un miedo paralizante a las tumbas. Inclusive pronunciar la palabra le movió hasta la médula. No se encontraba bromeando. George Raft, el malo de la pantalla, se emocionó tanto a lo largo de la conversación que tuvo que limpiarse las lágrimas de los ojos mientras hablaba.
También algunos creen que si uno experimenta un escalofrío repentino supone que un animal, por lo general un ganso, ha recorrido sobre el sitio donde un día va a ser enterrado.
Ya sea que uno mire a los cementerios con ambivalencia o miedo; el citado escalofrío puede ser un inquietante recordatorio de que nada dura para toda la vida.
7. La caída de la imagen
Hacer que una foto encuadrada de un individuo cercano caiga de la pared se considera, por los más supersticiosos de entre nosotros, como una señal de que la desgracia caerá sobre por lo menos una de las partes cuya imagen hace aparición detrás del cristal.
De la misma forma, tener un marco que está sentado en un área plana y que súbitamente se cae hacia enfrente es una observación ominosa para quien se encontraba en la foto. Si la parte de cristal del marco se rompe, es preferible que tenga precaución. Normalmente se piensa que esto quiere decir que el desenlace de algo está en el horizonte.
Si una pareja hace aparición en la foto, entonces un desacoplamiento es inminente. Si solo un individuo está en la foto, sus días podrían estar contados. Una foto de grupo es un comodín. Es viable que la mala suerte se asiente en solo una de la gente representada en la foto, pero no es una seguridad. En esta situación, esos que creen en tales cosas se ven obligados a aguardar con la respiración contenida para saber quién de ellos va a ser tocado por la mano inconstante del destino.
8. Supersticion en Balanceando una silla vacía
Algunos creen que mecer sin suponer una silla vacía tiene secuelas devastadoras para la persona que comúnmente ocupa el espacio. La costumbre es semejante a proclamar que por el momento no están presentes en el cuerpo, sino que solo hay en el espíritu. No obstante, si la silla tiende a estar utilizable para ser agarrada, entonces la persona que la mece mientras está vacía va a ser la posible víctima.
Como sucede con muchas supersticiones, esta juega con el temor de que algo que no tenemos la posibilidad de comenzar a comprender está siempre al acecho de la posibilidad de cortar el tenue hilo de la vida. Todo lo que requiere para reclamar un alma es que alguien abra una puerta y le permita ingresar en el planeta de los vivos. Mecer una silla vacía es la invitación que anhela.
Hay una manera de evadir la perdición, pero el culpable debe accionar de manera rápida. Para contrarrestar la maldición, tienen que plantarse en la silla y recitar en voz alta una oración en nombre de la persona a la que pusieron en riesgo. Si se hace de manera correcta, esto va a impedir que los coleccionistas de almas sean llamados.
Solo la persona que ha mecido la silla antes que nada puede revertir el desarrollo que puso en marcha. El medio más seguro de evadir tal calvario es sencillamente tomar en cuenta dónde se ponen las manos. Si una silla está destinada a mecerse, asegúrese de que alguien se siente en ella mientras está en movimiento.
9. Adquirir un coche destrozado
Es verdaderamente una bendición cuando un individuo sigue con vida a un incidente automovilístico. Siguen con sus vidas, agradecidos por todos los días y todo está bien. No obstante, cuando un coche que fue despedazado se considera apto para circular de nuevo, puede conducir consigo un estigma que no se borra de forma sencilla.
Según la superstición, un transporte que fue despedazado en un incidente de carretera fue marcado por el destino. Algo, en algún lugar, tuvo la intención de y fracasó en ponerlo fuera de servicio. El dueño de un auto de esta forma está advertido de que solo va a ser cuestión de tiempo antes de que otro incidente concluya el trabajo.
Sorprendentemente, esta pertenece a las escasas nociones a las que mi familia no se adhirió. Lo he escuchado frecuentemente durante los años, pero no de ellos. Una fuente fue un caballero adulto mayor que solía llevar a cabo reparaciones inferiores a mi coche fuera de su estacionamiento. Se llamaba Charlie.
Hace años, compré un coche utilizado en un concesionario y se lo llevé a Charlie para una ligera inspección. No sabía nada del historial del coche cuando lo llevé al estacionamiento de Charlie.
El viejo echó una mirada al coche y movió la cabeza. Me mencionó que no era bueno. Sabía inmediatamente que fue despedazado en algún instante. Asumí que se refería a que no se encontraba en buen estado mecánico, pero no era su primera preocupación.
Charlie era normalmente un hombre de escasas expresiones, pero ese día me escuchó con atención. Me mencionó que no veía nada malo en el coche, entre otras cosas, pero que debería modificarlo por otra cosa de todos métodos. Se limpió el sudor de su cara en todo momento mientras me advertía que me deshiciera del coche.
Escuché lo que poseía que decir; aunque no poseía bastante sentido. Le pagué y seguí mi camino; sin ofrecerle a sus expresiones otro pensamiento. Menos de dos semanas después, fui golpeado por detrás y el coche fue considerado una pérdida total. Como resultado del incidente, sufrí un latigazo cervical que me dejó con problemas insoportables a lo largo de años.
Tal vez la observación de Charlie y la posterior colisión fueron meras coincidencias. En cualquier situación, siempre me he preguntado si Charlie sabía algo más de coches que lo que se podía ver bajo el capó.
10. Supersticion de la llama de la vela
El encendido de velas es una costumbre habitual que se usa a lo largo de los instantes de luto, oración, meditación y tranquilidad. En el lado contrario del espectro, las velas además juegan un papel en varios rituales de naturaleza más oscura.
Hay numerosas supersticiones similares con las velas y, más especialmente, con sus llamas. Dicen que si la llama de una vela cambia de repente de su tono habitual a un azul profundo, entonces un huésped no invitado ha entrado en el cuarto. Comúnmente, esto quiere decir la existencia de algo de todo el mundo de los espíritus.
Una llama que se ve alargarse y lograr el techo es además un signo de que un ser de otro mundo está presente. Si los intentos de apagar una vela fallan repetidamente, supone que algo del otro lado está intentando de llevar a cabo contacto. El espíritu va a intentar frustrar algún esfuerzo por apagar la llama, debido a que al llevarlo a cabo cortaría su exclusivo medio.
Una vela que sigue en pie humeando un largo tiempo luego de que la llama se haya apagado además es representativa de una manifestación persistente. Se ve que de esta forma como las velas traen consuelo a los vivos, hacen lo mismo para los que viven en el país de las sombras.